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Leyenda hondureña de El Taxista

La leyenda hondureña del taxista, es un misterioso relato que sucedió en la Ciudad de Tegucigalpa.

La historia inicia con un bondadoso taxista, que hacia muy bien su trabajo.

Vivía en una casa sencilla en el barrio Villa Adela, con su esposa Amparo y su mamá.

Un día en la mañana a punto de irse a trabajar converso con su esposa de un terreno que acababan de comprar.

Ese mismo día un pasajero le pidió un viaje al sector de Germania, y el taxista le cobro L40.00.

Conversando con el cliente durante el viaje sobre la situación del país.

Al poco tiempo la mamá del taxista comenzó a decirle al taxista que anduviera con cuidado debido a la inseguridad de andar por la noche.

Ya que este taxista trabajaba hasta altas horas de la noche.

Un día mientras el taxista y su esposa descansaban, una voz misteriosa la llamaba por su nombre.

«Amparo… Amparo…»

Asustada por el susurro en su oído, Amparo se despertó y también a su esposo.

El esposo asustado le pregunto «¿Qué te paso, porqué te despertaste así?»

Y ella asustada le explica «Escuche que alguien susurraba mi nombre al oído, una voz misteriosa».

El taxista intento calmar a su esposa y volvieron a dormir.

Justo 6 días después de esa noche, nuevamente escucho Amparo, que alguien le susurraba al oído su nombre.

«Amparoooo….Amparoooo..»

Pasaron los días y Amparo no podía olvidar esa misteriosa voz que la atormentaba por las noches.

El taxista siguió con su trabajo nocturno, y se volvió a topar con el cliente que llevo a la zona sur del país.

A la Aldea Germania. Y con mucha confianza el cliente se subió y conversaron durante el viaje.

El cliente le indico al taxista que hicieran una parada.

Necesitaba pasar por una amiga a la Colonia Loarque.

Pasaron por ella, una muchacha muy bonita, faltando 20 minutos para las 12 de la noche.

Llegando a Germania, la muchacha empezó a darle direcciones al taxista para poder llegar a la casa de esta señorita.

Cada vez eran más y más oscuras las calles y llenas de monte, lugar donde la muchacha vivía.

El taxista preocupado por lo oscuro, se ofrece a llevar a la muchacha a su casa.

Al poco tiempo de bajarse, se escucharon 3 disparos…

El taxista había sido herido de bala, y los dos clientes se aprovecharon de la situación.

Le robaron el dinero y todo lo que llevaba él dentro del carro.

Preocupada por la hora. Amparo comenzó a pensar si algo le había pasado a su esposo.

Y nuevamente empezo a escuchar «Amparo… Amparo…»

Pensó que era su esposo quien le avisaba que estaba llegando a casa.

Pero pronto se dio cuenta que no era nadie, solo aquella misteriosa voz.

Preocupada por su esposo, saco dinero y se fue a buscarlo a la calle.

Tomo un taxi y el conductor le pregunto «¿Hacia donde nos dirigmos señora?».

Y Amparo contesto «En el camino le digo…»

En el interior de su cabeza la mujer empezó a escuchar aquella voz.

«Amparoooo, dile al taxista que te lleve al sur…»

Sin estar segura de ello, Amparo obedeció a esa voz y se dirigieron con el conductos hacia Germania, sur de Tegucigalpa.

El taxista se percato de la situación y le pregunto a Amparo si todo estaba bien.

Y condujeron hacia donde la misteriosa voz le decía a Amparo.

Siguiendo su instinto Amparo logro llegar a donde aquellos clientes habían abandonado el cuerpo del taxista.

Encontraron el cuerpo, herido de bala, pero con vida.

Rápidamente lo subieron al taxi y se dirigieron al Hospital San Felipe.

Afortunadamente el taxista, se recupero y 15 días después todo fue solamente una mala experiencia.

Al pasar del tiempo, todo fue olvidado. Hasta que una noche la voz misteriosa volvió a aparecerle a Amparo.

«Señora, solo con usted me puedo comunicar, dígale a su esposo que busque en una piedra de color rojo en Germania, ahí estará lo que yo le robe, dígale que me perdone, yo fui asesinado».

Amparo preocupada, le comunico a su esposo el taxista, lo sucedido.

El taxista y su esposa Amparo se dirigieron a Germania, y encontraron debajo de una piedra roja.

Todo el dinero y lo que aquella pareja de clientes le habían robado al taxista.

Una misteriosa historia, no sabemos si es real o no, pero se cuenta por las calles de Tegucigalpa.

Cuentos y leyendas de Honduras