La leyenda del fantasma del Cerro Picacho, cuentos que van de boca en boca.
Una leyenda de la capital de Honduras, que sucedió en el cerro del Picacho.
En la cima del cerro existe una casa, que ha sido usada como cafetería pero antes, fue la casa de quienes cuidaban el parque del picacho.
Una noche José llego con su novia al cerro del picacho frente a la casa.
Recorrieron juntos el cerro, de donde se puede apreciar la ciudad.
Al tiempo se percataron de la casa abandonada del cerro.
Tomados de la mano los novios ingresaron a la casa, por pura curiosidad.
Cuando ingresaron se dieron cuenta que la casa era enorme y estaba muy oscuro.
En eso, ¡Se cerraron las puertas!
Atemorizados por la vibra que se sentía allí, empezaron a escuchar un sonido extraño.
Sentían la presencia de alguien más allí, y las puertas no querían abrirse aunque José con fuerza intentara abrirla.
En el momento que quisieron salir, como si fuera de película, las paredes empezaron a sacar un liquido.
Un liquido extraño, mientras José seguía intentando abrir la puerta con golpes.
Gritaban ¡Auxilio…auxilio…!
Finalmente lograron que alguien los ayudara a salir, pero se percataron que el liquido extraño no era agua, era sangre.
Apareció un señor y les pregunto que, que hacían allí adentro.
La parejo le indico al señor que fue por curiosidad que entraron a la casa.
Es por eso que el señor se asombro y les indico que esa casa tenía años de estar cerrada.
Se dice que en esa casa vivía una pareja, que por celos, una noche el hombre asesino a la mujer.
Este señor les conto que a veces en esa casa se ve una mujer vestida de blanco.
Cuando el señor le conto esa historia a José y su novia.
Pronto salieron corriendo y decidieron no regresar más.
La joven pareja iban caminando y cuando iban saliendo del parque.
Vieron como desde el cerro, una mujer vestida de blanco, se despedía de ellos.